La superficie del planeta está sembrada de continentes que dividen ese enorme cuerpo de agua en cinco grandes porciones llamadas océanos y estos a su vez, partiendo de criterios geográficos, se subdividen en secciones más pequeñas denominadas mares.
El agua ocupa más de 362 millones de km2 de la superficie terrestre, de los cuales el 97% es agua salada. El Pacífico es el más grande de los cinco océanos con 165 millones de km2 que ocupan un tercio de la superficie terrestre, esto significa que todos los continentes y las islas adyacentes cabrían en él. Al Océano Pacífico le siguen, en orden de tamaño, el Atlántico (82 millones), el Índico (74 millones), el Antártico (20 millones) y el Ártico (14 millones).
De los cinco océanos, el Pacífico es el más profundo con un promedio de 4282 m, le sigue el Índico con 3963 m y luego el Atlántico con 3926 m. Su parte más profunda es el abismo Challenger, localizado en el fondo de la Fosa de las Marianas, con 11.034 m de profundidad. El monte más alto que actualmente existe en la superficie terrestre es el Everest con 8848 m de altura, si estuviese sumergido en el fondo más profundo del océano no alcanzaría la superficie. Así mismo, desde el fondo de este océano se levanta el volcán submarino Mauna Kea con 9600 m de altura, que junto con el volcán Mauna Loa dieron origen a la isla de Hawái.
De acuerdo con lo anterior, es posible suponer que el fondo del océano no es plano, puesto que en él existen accidentes geográficos similares a los que se encuentran en los continentes, como grandes cordilleras, montañas, volcanes, cañones y fosas. Todos estos hallazgos han sido descubiertos mediante investigaciones en las que, entre otros instrumentos, se utilizan equipos de medición de profundidad como ecosondas, submarinos y ROV (Remote Operated Vehicle) sumergible.
Dichas investigaciones han permitido caracterizar la tierra que está sumergida bajo el océano, dividiéndola en dos grandes regiones: el margen continental y las llamadas cuencas oceánicas profundas.
Margen continental
Corresponde a la porción de tierra que une los continentes con los grandes fondos oceánicos. El margen continental puede ser de dos clases: activo y pasivo, dependiendo de la mucha o poca presencia de volcanes y abundante o escasa ocurrencia de temblores. Los márgenes pasivos se dividen en tres grandes zonas:
- Plataforma continental: es la región externa del continente, va desde donde inicia la costa y se prolonga bajo el nivel del mar hasta donde la profundidad cambia drásticamente, estableciendo un límite variable entre los 100 a 200 m. A partir de este punto comienza el mar abierto. A estas profundidades la luz solar alcanza a incidir lo que permite el proceso de la fotosíntesis, razón por la cual se encuentra la mayor parte de la riqueza del océano, representada en plantas, animales y minerales. La plataforma pertenece geológicamente a los continentes. En Colombia, es estrecha tanto en el Pacífico como en el Caribe; solamente se amplía al sur del Pacífico en la frontera con Ecuador y en el norte del Caribe, en la Península de La Guajira. A modo de ejemplo el ancho de la plataforma de Colombia es de 55 km en la parte sur del Pacífico y de 70 km en el Caribe frente al departamento de Córdoba.
- Talud continental: va desde donde termina la plataforma hasta los dominios oceánicos más profundos. Se caracteriza por una caída pronunciada de la plataforma continental lo que ocurre a una profundidad entre los 100 a 200 m, aunque en la Antártida ocurre a los 350 m. Se considera como el margen de los continentes siendo la zona de transición entre la corteza continental y la oceánica. En él se encuentran grandes valles, cañones y canales submarinos formados posiblemente por corrientes producidas por flujos de sedimentos que explican la erosión de los fondos marinos.
- Pendiente continental: es el límite entre el margen continental y las llanuras o cuencas profundas localizadas a miles de metros de profundidad. Se forma por acumulación de sedimentos procedentes de la plataforma continental.
Cuencas oceánicas profundas
Se extienden desde la base del talud continental hasta las vastas regiones oceánicas profundas. La mayoría de ellas se encuentran a profundidades entre 4.500 y 6.000 m. Sus fondos están constituidos por finos sedimentos. En su relieve pueden distinguirse grandes cadenas montañosas y elevaciones volcánicas. Cuando estas sobresalen del nivel del mar, forman islas.
En las cuencas profundas se encuentran también las fosas, precipicios con las mayores profundidades del océano, que alcanzan entre 6.000 y 11.000 m. No son muy anchas, pero son extremadamente largas, obteniendo miles de kilómetros de longitud. Hay muchas de ellas en el océano Pacífico y pocas en el Atlántico e Índico. Entre las más profundas se encuentran las fosas de las Marianas localizadas en el Pacífico con 11.034 m de profundidad, la de Tonga al noroeste de Nueva Zelanda con 10.822 m, la de Japón con 10.554 m y la de las Kuriles o de Kamchatka con 10.542 m. En el Atlántico se encuentran la de Puerto Rico con 8.800 m, las de las Sandwich del Sur con 8.428 m y la de Cabo Verde con 7.292 m; en el Caribe se tiene la fosa de las Caimán al sur de Cuba con 7.680 m. Los científicos han asociado la presencia de fosas marinas con la ocurrencia de terremotos.